*Por Damián Ravenna
Un nuevo año que seguimos con nuestras columnas de derechos humanos y política en el Diario
de José C Paz, que tienen el sentido de tratar de explicar las políticas estatales, bajo el prisma, bajo
la lupa de los derechos humanos.
En este sentido es que debemos describir claramente que los derechos humanos están escritos en
clave jurídica, lo que en ocasiones dificulta su comprensión por parte de las mayorías populares. Es
por ello que nos hemos dado la labor pedagógica en estas columnas de explicarlos, de vislumbrar
sus aspectos políticos para que la población sepa cuáles son sus derechos y cómo reclamarlos.
Sin embargo, nuestra labor comunicativa a la vez que educativa, se ha encontrado con graves
problemas producto de ideas-fuerza de época que echan raíces como sentido común. Una de
estas ideas-fuerza de época divide a los derechos humanos en derechos de ayer, con énfasis en la
memoria y derechos de hoy. Falso dilema ya que los derechos humanos son un cuerpo de
derechos que todos los Estados, en todo momento, deben cumplir.
Es de esta manera que es tanto un derecho humano el derecho a la alimentación adecuada, el
derecho a la protesta social, el acceso al agua, como la labor que realizan las Abuelas de Plaza de
Mayo de recuperar a sus nietos.
En este mismo sentido, las distintas fuerzas partidarias de nuestro sistema democrático, han
interpelado o generaron algún relato sobre los derechos humanos, ya sea a favor o en contra. Esto
ha impedido que la población conozca qué son los derechos humanos, ya que son pensados desde
el ideario partidario, desde el partido político que éste en el gobierno o que más influencia tenga
en el territorio que habitamos.
Entonces se ha generado un fuerte antagonismo político partidario entorno a los derechos
humanos que pone en peligro la democracia ya que los derechos humanos son el lenguaje del
Estado, son una de las formas en la que los Estados se ven obligados a respetar los derechos de la
población más allá de quién gobierne, los derechos humanos encuadran un cuerpo de derechos
que los Estados deben promover y cumplir.
Pero como una cuestión de época hace décadas que se vienen violando los derechos humanos de
la población, sin que por ello, estás violaciones a los derechos humanos sean explicadas y
afrontadas desde el derecho internacional de los derechos humanos, quedando así desdibujado su
sentido y función.
Este diagnóstico engloba contextos históricos y sociales donde la realidad argentina, donde la
historia argentina se puede explicar desde el cumplimiento o la violación a los derechos humanos.
Haciendo un poco de breve historia, durante el Terrorismo de Estado se violaron integralmente
todos los derechos humanos, bajo el amparo de un plan sistemático de exterminio dirigido
principalmente sobre la clase trabajadora, genocidio de clase que permitió la imposición del
modelo económico-social neoliberal.
En los 40 años de democracia se ha intentado respetar únicamente los derechos civiles y políticos,
muchos de estos derechos fueron conquistados después de largos años de lucha social, como el
divorcio, el matrimonio igualitario, y tantos más.
La violación a los derechos humanos que siempre fue permanente en estos 40 de democracia es a
los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, habiendo cumbres en estas
violaciones como puede ser el 2001 y el 2002 y la actualidad, que contiene además una violación a
algunos derechos civiles y políticos.
Decíamos que en la actualidad nos encontramos con que el Estado viola tanto derechos civiles y
políticos, como derechos económicos, sociales, culturales y ambientales debido a una nueva
imposición del modelo neoliberal a ultranza.
Es de resaltarse que el neoliberalismo fue impuesto por la dictadura y que en términos de gestión
de Estado ha sido permanente, en ocasiones, con Menem, De la Rua, Macri y Milei, más a ultranza
o puro, con Alfonsín, Duhalde, Néstor y Cristina Kirchner mas desdibujado por la aplicación de
medidas económicas heterodoxas o más cercanas al keynesianismo, pero presente en su forma
Estado y en su forma mercado.
De esta manera si analizamos los significados del Estado neoliberal, podemos comprender que es
fruto del genocidio de clase perpetrado mediante la dictadura, genocidio de clase que permitió
debido a las características económico-sociales del programa neoliberal genocida, disgregar a la
clase trabajadora a la que se sigue atacando de manera continuada, ya no con centros
clandestinos de desaparición, tortura y exterminio, sino mediante medidas económicas y políticas
que la despojan de sus derechos.
Es por ello que está época histórica nos sigue llamando a defender los derechos humanos y
reivindicar la lucha revolucionaria de les 30mil; seguiremos a lo largo del año por ello explicando
los derechos humanos desde una perspectiva anticapitalista y de clase.
*Damián Ravenna, Presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Zona Norte de la Prov. Bs As (APDH ZONA NORTE)